Aunque en el debate de ayer algunos candidatos a la alcaldía de Lima trataron el tema del medio ambiente en el Perú, no estoy muy seguro que la gente sepa realmente de su importancia.

Vamos, no estoy seguro que lo sepan realmente en el mundo. Sospecho que propuestas como las de sembrar árboles como la de Susana Villarán no le parece importante a mucha gente. ¿Por qué? ¿Ignorancia? ¿Falta de información? No sé. Tal vez las noticias relacionadas a la contaminación necesitan cierto grado de sensacionalismo para ser atendidas. Como ésta clásica nota de Dedo Medio sobre el científico James Lovelock y la amenaza del calentamiento global de la que extraigo algunos fragmentos:

El panorama es aterrador y demasiado cercano. Sequías, incendios forestales, inundaciones. El Sahara tragándose Europa. Países que desaparecen, ciudades que se vuelven océanos. Migraciones desesperadas. Guerras inevitables. Hambre, pestes, muerte. Humanos huyendo de su propio planeta como hormigas en manos de un niño cruel que les prende fuego. La tierra, según (James) Lovelock, se está vengando. Y lo que hemos visto hasta ahora son solo los síntomas de un monstruo colérico y revanchista, que ya está hasta los huevos de nuestro pésimo trato.

“No es el fin del mundo”, dice con incomprensible serenidad, “pero definitivamente es el fin del mundo tal y como lo conocemos”. Para que quede más claro: el planeta, por sí mismo, reencontrará el equilibrio así le tome millones de años. Lo que está en juego acá es el futuro de la civilización.

Pero no todo esta perdido según “el profeta”. Ahora lo que debe preocupar a científicos, políticos, investigadores, inventores, verdes y no verdes, en fin, a todos los mortales, es buscar maneras de sobrevivir lo que se nos viene: “Hacia el final de este siglo, es probable que el calentamiento global haya transformado la mayor parte de la tierra en un desierto y en un descampado”. Para el 2100, estima que la población mundial pasará de los 6.6. billones de hoy a 500 millones, con la mayoría de sobrevivientes concentrados en las latitudes más alejadas del planeta: Canadá, Islandia, Escandinavia y el ártico. ¿Y Latinoamérica? Pues ni idea, parece que para él ya desaparecimos porque no nos menciona, aunque todo apunta a que la salvación estará bien al norte. De todas formas parece que los antiguos peruanos la vieron mucho mejor que varios.

¿Ya se dieron cuenta? Ahora, creo que “todos” deberían ir a ésta nota de El Comercio para enterarse de lo que propusieron ayer los candidatos respecto al tema de la conservación del medio ambiente en Lima. Y como, dicen que todo entra por los ojos, aquí les dejo éste genial tema de Pearl Jam para adornar la nota. Espero que no tengan pesadillas.

Bonus track:

Una clásica entrevista a James Lovelock en el Pais.com aquí.